26 diciembre 2010

EL RUISEÑOR Y LA ROSA

cierra los ojos mi niño que voy a contarte el cuento del ruiseñor y la rosa

EL RUISEÑOR Y LA ROSA 
                                                                 
  
 
 
- A dicho que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja- se lamentaba el pobre estudiante,
-pero no hay ni una sola rosa roja en todo mi jardín.
Desde su nido de la encina lo escuchaba el ruiseñor. Miro por entre sus hojas asombrado.
-¡No hay ni una sola rosa roja en todo mi jardín!- gritaba el estudiante.
Y sus bellos ojos se llenaban de lágrimas.
-¡AH de que cosas mas insignificantes depende la felicidad ! he leído todo cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y tengo que ver mi vida destrozada por falta de una rosa roja. -he aquí por fin el verdadero enamorado - dijo el ruiseñor - le  he cantado todas las noches, aun sin conocerle; todas las noches repito su historia a las estrellas, y ahora le veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión ha tornado su rostro pálido como el marfil y la pena le ha marcado en la frente con su sello.
- El príncipe da un baile mañana por la noche - murmuraba el joven estudiante-, y mi adorada  asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailara conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos, reclinara su cabeza en mi hombro y su mano estrechara la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín, por lo tanto, tendré que estar solo y no me hará caso ninguno. No se fijara en mi para nada y mi corazón se desgarrara.
- He aquí el verdadero enamorado - dijo el ruiseñor- sufre todo lo que yo canto: todo lo que es alegría para mi, para el es pena. Realmente el amor  es una cosa maravillosa: es mas precioso que las esmeraldas y mas caro que los finos ópalos.  Perlas y granates no pueden pagarle porque no se hallan expuestas en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor, ni pesarlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.
- Los músicos estarán en su estrado - decía el joven estudiante - tocaran sus instrumentos de cuerda y mi adorada bailara a los sones  del arpa y del violín. Bailara tan vaporosa mente que su pie no tocara el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavíos la rodearan solícitos; pero conmigo no bailara porque no tengo rosas rojas que darle.
Y dejando se caer sobre el césped, hundía su cara en sus manos y lloraba.
-¿Por que lloras? -preguntaba una lagartija verde correteando cerca de el con su cola levantada.
-Si, ¿por que? - decía una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol.
-Eso es, ¿por que? -murmuro una margarita  a su vecina, con una dulce hacecillo.
-Llora por una rosa roja.
-¿Por una rosa roja? ¡que ridiculez!
Y la lagartija que era algo cínica, se echo a reír con todas sus ganas. ja.ja.ja.ja.ja.
Pero el ruiseñor, que comprende el secreto de la pena del estudiante, permanecio silencioso en la encina, reflexionando en el misterio del amor.
De pronto desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Paso por el bosque como una sombra, y como una sombra atravesó  el jardín.
En el centro del parterre se levantaba un hermoso rosal, y al verle voló hacia el y se poso sobre una ramita.
-Dame una rosa roja - le grito  -y te cantare mis canciones mas dulces.
Pero el rosal sacudió su cabeza .
-Mis rosas son blancas -contesto, -blancas como la espuma del mar, mas blancas que la nieve de las montañas. Pero ve en busca de mi hermano que crece alrededor de el viejo reloj y quizás el te de de lo que pides.
Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía en torno del viejo reloj de sol.
-Dame una rosa roja  -le grito -y te cantare mis canciones mas dulces.
Pero el rosal sacudió su cabeza.
-Mis rosas son amarillas  -responde, -tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un tronco de árbol, mas amarillas que el narciso que florece en los prados, antes de que llegue el segador con su hoz . Pero ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante y quizás el te de la rosa roja.
Entonces el ruiseñor voló al rosal que crece debajo de la ventana del estudiante.
-Dame una rosa roja -le grito  -y te cantare mis canciones mas dulces.
Pero el arbusto sacudió su cabeza.
-Mis rosas son rojas  -respondió, -tan rojas como las patas de las palomas, mas rojas que los grandes abanicos de coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas, las heladas han marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no podre tener ya rosas en todo este año.
-No necesito mas que una rosa roja -grito el ruiseñor, -una sola rosa roja ¿no hay ningún medio para que yo la consiga?
-Hay un medio -responde el rosal, -pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.
-Dímelo -contesto el ruiseñor, -no soy asustadizo.
-Si necesitas una rosa roja -dijo el rosal, -tienes que hacerlo  con notas de música, al claro de luna, y teñido con la sangre de tu propio corazón. Cantaras para mi, con el pecho apoyado en mis espinas. Cantaras para mi durante toda la noche y las espinas te atravesaran el corazón: la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en sangre mía.
-La muerte es un buen precio por una rosa roja -replico el ruiseñor -y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el bosque verdeante y mirar el sol en un carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Dulce es el olor de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida ¿y que es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?
Entonces desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo. Paso por el jardín como una sombra y como una sombra cruzo el bosque.
El joven estudiante permanencia tendido sobre el césped, allí donde el ruiseñor le dejo y las lágrimas no se habían secado aun en sus bellos ojos.
-Sed feliz -le grito el ruiseñor, -sed feliz; tendréis vuestra rosa roja. La creare con notas de música al claro de la luna y la teñiré  con la sangre de mi propio corazón. Lo único que os pido en cambio es que seas  un verdadero enamorado, por que el amor es mas sabio que la filosofía, aunque esta lo sea. Y mas fuerte que el poder, aunque este también lo sea. Sus alas son color del fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son dulces como la miel y su aliento es como el incienso.
El estudiante levanto los ojos del césped y presto atención; pero no pudo comprender lo que le decía el ruiseñor, pues únicamente entiende de cosas que están escritas en libros.
Pero la encina lo comprendio y se puso triste por que amaba mucho al ruiseñor que había construido el nido en sus ramas.
-Cantame la ultima canción -murmuro, me quedare tan triste cuando te vayas.
 Entonces el ruiseñor canto para la encina, y su voz era como el agua reidora de una fuente argentina.
Al terminar su canción, el estudiante se levanto, sacando al mismo tiempo su cuaderno de notas y su lápiz del bolsillo.
-El ruiseñor -se decía paseándose por la alameda, -el ruiseñor posee una belleza innegable, ¿pero siente? me temo que no. Después de todo, es como muchos artistas, todo estilo sin nada de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa mas que en la música y el arte; como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente, no puede negarse que su voz tiene notas muy bellas. ¡Que lastima que todo eso no tenga sentido alguno, que no persiga ningún fin practico
Y volviendo a su habitación se acostó sobre su jergoncito y se puso a pensar en su adorada. Al poco rato se durmió.
 y cuando la luna brillaba en los cielos, el ruiseñor voló al rosal y coloco su pecho contra las espinas.
Y toda la noche canto con el pecho apoyado sobre las espinas y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo escuchando toda la noche.
Canto durante toda la noche y las espinas penetraron cada vez mas en su pecho y la sangre de su vida fluía de su pecho.
Al principio canto el nacimiento  del amor en el corazón de un joven y una muchacha; y sobre la rama mas alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo a petalo,cancion tras canción. primero era pálida como la bruma que flota sobre el rió, pálida como los pies de la mañana y orientada como las alas de la aurora.
La rosa que florecía sobre las ramas mas alta del rosal, parecía la sombra de una rosa en un espejo de plata, la sombra de la rosa en un lago.
Pero el rosal grito al ruiseñor que se apretase mas contra las espinas .
-Aprieta mas , pequeño ruiseñor  -le decía , -o llegara el día antes de que la rosa este terminada. -Entonces el ruiseñor se apretó mas contra las espinas y su canto fluyo mas sonoro,por que cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y una virgen.
Y un delicado rubor apareció sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que besa los labios de su prometida.
Pero las espinas no habían llegado aun al corazón del ruiseñor; por eso el corazón de la rosa seguía blanco; por que solo la sangre de un ruiseñor podía colorear el corazón de una rosa. Y el rosal grito al ruiseñor que se apretase mas  contra las espinas.
-Aprieta mas, pequeño ruiseñor -le decía  -o llegara el día antes de que la rosa este terminada. Entonces el ruiseñor se apretó mas contra las espinas, y las espinas tocaron su corazón y el sintió en su interior un cruel tormento de dolor.
Cuanto mas acerbo era su dolor, mas impetuoso salia su canto, por que cantaba el amor sublimizar por la muerte, el amor que no acababa en la tumba.
Y la rosa maravillosa enrojeció como las rosas de Bengala. Purpureo era el color de los pétalos y purpureo como un rubi era su corazón.
Pero la voz del ruiseñor desfalleció. Sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus ojos .
Su canto se fue debilitando cada vez mas . Sintió que algo se ahogaba en su garganta. Entonces su canto tuvo un ultimo fulgor. La blanca luna le oyó y olvidandose de la aurora se detuvo en el cielo. 
La rosa roja le oyó; tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos  al aire frió de la mañana. El eco le condujo hacia su caverna  purpurea de las colinas, despertando de sus sueños a los rebaños dormidos.
El canto floto entre los cañaverales del rió, que llevaron su mensaje al mar.
-Mira, mira -grito el rosal, -ya esta terminada la rosa.
Pero el ruiseñor no responde: yace muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado de espinas.
-Y entonces la rosa lloro, lloro lágrimas de sangre  por el pobre ruiseñor que había dado su vida por ella, por una rosa roja.
Al mediodía el estudiante abrio su ventana y al mirar  hacia afuera. 
-que extraña buena suerte -exclamo  -he aquí una rosa roja no he visto una rosa semejante en toda mi vida. Es tan bella , que estoy seguro de que debe tener en latín un nombre enrevesado.
 E inclinándose la cogió.
En seguida se puso el sombrero y corrió a casa del profesor con su rosa en la mano.
La hija del profesor estaba sentada a la puerta. Devanaba seda azul sobre un carrete, con un perrito echado a sus pies.
-Dijisteis que balarías conmigo si os traía una rosa roja -le dijo el estudiante. He aquí la rosa mas roja  del mundo. Esta noche la prenderéis cerca de vuestro corazón, y cuando bailamos juntos ella os diga lo mucho que os amo.
Pero la joven frunce las cejas.
-temo que esta rosa roja no se armonice bien con mi vestido -responde además, el sobrino de Chaverlan me ha enviado varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan mas que las flores.
¡Oh, a fe mía que sois una ingrata! -dijo el estudiante lleno de cólera y tiro la rosa al arroyo.
Un pesado carro la aplasto.
-¡Ingrato! -dijo la joven-. Os diré que os portáis como un grosero, y después de todo, ¿que sois? un simple simple estudiante. ¡Bah! No creo que podáis tener nunca hebillas de plata en los zapatos como los del sobrino de chamberlan.
Y levantandose de la silla, se metió en casa.
-¡Que bobería es el amor! -se decía el estudiante a su regreso-. No es ni la mitad de útil que la lógica, porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas . Realmente, no es nada practico, y como en nuestra época todo estriba  en ser practico, voy a volver a la filosofía y al estudio de la metafisica.
Y dicho esto, el estudiante, una  vez  en su habitación, abrio un gran libro polvoriento y se puso a leer. 
   
                                                     
                    

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