26 diciembre 2010

PARA TODAS LAS MADRES

 
 
-Ven para acá me dijo dulcemente
mi madre cierto día
(aun parece que escucho en el ambiente
de su voz la celeste melodía)
 
-Ven, y dime que causas tan extrañas
te arrancan esa lágrima, hijo mio, 
                      que cuelgan de tus trémulas pestañas,                    
como gotas de roció.
 
-Tu tienes una penita y me lo ocultas.
¿No sabes que la madre mas sencilla
sabe leer en el alma de sus hijos,
como tu en la cartilla?
 
-¿quieres que te adivine lo que sientes?
ven acá, pilluelo,
que con un par de besos en la frente
disipare las nubes de tu cielo.
 
-Yo prorrumpi a llorar. Nada, le dije;
la causa de mis lágrimas ignoro,
pero de vez en cuando se me oprime
el corazón, y lloro.
 
-Ella inclino la frente, pensativa
se turbo su pupila,
y enjugando sus ojos y los mios
me dijo mas tranquila:
 
-llama siempre a tu madre cuando sufras,
que vendrá, muerta o viva;
si esta en el mundo, a compartir tus penas,
y si no, a consolarte desde arriba....
 
Y lo hago así cuando la suerte ruda,
como hoy perturba de mi hogar la calma:
¡ invoco el nombre de mi madre amada,
y, entonces, siento que se ensancha el alma
OLEGARIO VICTOR ANDRADE
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